sábado, 14 de mayo de 2011

LOS JARDINES DEL GENERALIFE

La Almunia del Generalife era una hacienda ideal para la explotación agrícola y el descanso, con un núcleo de edificación residencial y una vasta extensión de terreno de cultivo y pasto, compartimentada en paratas o bancales mediante cuatro grandes huertas, aprovechando sus perfiles orográficos.


Estas huertas están delimitadas por gruesos muros de contención, algunos de los cuales pueden todavía observarse. Sus nombres castellanos, conservados y transmitidos desde muy antiguo son: “Colorada”, “Grande”, “Fuentepeña” y “Mercería”, cuyos límites actuales deben de coincidir de forma aproximada con los de época medieval. Una dehesa rodea la finca, en la cual se criban caballos, animales de granja e incluso servían de coto de caza para el uso del sultán.


La denominación de Generalife ha recibido diversas interpretaciones a lo largo de su historia, desde “Jardín” o “Huerta del Zambrero”, “el más elevado de los jardines” o “casa de artificio y recreo”, hasta “Mansión de placer o recreación grande” y “Jardín del citarista”, siendo hoy comúnmente aceptado la de Jardín o Jardines del Alarife, es decir, del constructor o arquitecto.




Tras la conquista en 1492, los Reyes Católicos concedieron la finca a un alcaide para su custodia y aprovechamiento. Dicha alcaidía pasó a perpetuidad, a partir de 1631 a la familia Granada-Venegas, hasta que, después de una largo pleito iniciado en el siglo XIX, se incorporó al Estado en 1921.




Varios eran los accesos que tenía en su origen, quedando testimonio de al menos tres de ellos. El más directo comunicaba la Almunia del Generalife con la Alhambra, a través de las huertas. Otro acceso era la entrada por el portón, donde vivían los huertanos, que aún se conserva junto al Pabellón de Entrada. Y el tercero, por el Postigo de los Carneros, en la zona más alta de la finca. Sin embargo, hoy se accede al itinerario oficial ente una serie de paseos de cipreses, trazados con motivo de la visita de Isabel II en 1862.


El Generalife, construido entre los siglos XII y XIV, es el palacio utilizado por los reyes musulmanes como lugar de descanso. Fue concebido como villa rural, donde jardines ornamentales, huertos, patios y edificaciones se integran en las cercanías de la Alhambra.


La entrada al edificio del Generalife presenta una curiosa dualidad. De un lado, su apariencia externa tiene un indudable carácter rural que lo asemeja más a un cortijo que a un recinto palaciego; de otro, el acceso mediante la sucesión de dos patios a distinto nivel, como pasos previos al espacio palaciego, lo emparenta de forma clara con el acceso al propio palacio de la Alhambra.








Las huertas situadas al sur del palacio, entre el camino de los Cipreses y el paseo de los Nogales, se comenzaron a transformar en jardines hacia 1930.

martes, 4 de enero de 2011

Catedral de San Pedro de Jaca

Esta Catedral  es una de las construcciones más características y antiguas del arte románico en España. Comenzó a construirse al mismo tiempo que la de Santiago de Compostela en el último cuarto del siglo XI como sede episcopal y cabeza del Reino de Aragón por el rey Sancho Ramírez que había obtenido el vasallaje vaticano tras su viaje a Roma en 1068, a resultas del cual le fue concedida la sede episcopal.
Las fechas de esta construcción no esta claro pero se pueden distinguir dos etapas. Una primera podría estar situada entorno al 1077-1082 y la segunda entre 1104-1130.
En la década de los años 20 del siglo XVI se añaden las bóvedas de las naves laterales, se añaden capillas y se construye la bóveda de la nave central y se abren ventanales en ella
En el siglo XVII se termina la construcción del retablo y se emprende la reconstrucción del claustro, que es sustituido por el actual barroco terminado a finales de dicho siglo. En este mismo periodo se construye la capilla de Santa Orosia principal elemento barroco del templo. También a finales del XVII se sustituye el ábside románico y se erige uno nuevo, decorado con pinturas de Manuel de Bayeu entre 1792 y 1793.




En el exterior la fachada oeste de la catedral encontramos el atrio y la portada, cuyo arco de mayor radio, semicircular, enlaza con la nave central, de bóveda de cañón, del interior del templo. En el tímpano de esta fachada, la principal de la catedral, se halla una pieza excepcional: el crismón, símbolo de la monarquía aragonesa y con un claro carácter trinitario y penitente.


En la fachada sur encontramos otro pórtico , realizado en el siglo XVI con piezas de otras partes del edificio, destacando los capiteles realizados por el maestro de Jaca. En cuanto a los ábsides , solo se conserva del románico el que da al sur, ya que los central y norte, como ya ha sido comentado, fueron modificados en el siglo XVIII. En este ábside se puede apreciar la organización tripartita del muro tanto horizontalmente como en vertical, característica propia del románico jaqués extendida por otras construcciones del Camino de Santiago.


En la parte superior del edificio se halla una espadaña donde esta el cuerpo de campanas de la Catedral, pieza que fue añadida en el siglo XVI


En el interior la planta del templo es basilical de tres naves, de las que la central es más ancha y alta que las laterales, permitiendo de este modo abrir óculos en el muro de la nave central y por encima de las laterales para iluminar su interior. Un elemento destacable de su interior es la alternancia de soportes circulares y cruciforme.


Las naves se prolongan hasta los tres ábsides semicirculares. De mayor profundidad el central, debido a la reforma llevada a cabo en el siglo XVIII, lo que permitió que se colocase allí el edifico el órgano.
La zona del crucero se cubre con una singular bóveda semiesférica de planta octogonal sobre trompas. El interior de esta original cubierta está reforzado con nervaduras formadas por grandes arcos de medio punto que apean en el centro de cada uno de los lados de la base octogonal en sendos modillones de rollos de carácter mozárabe.


En época barroca se abrió la capilla de Santa Orosia (patrona de la ciudad), decorada con llamativas pinturas mostrando su vida, martirio y encuentro de su cuerpo.
Cabe destacar el claustro adosado al muro norte de la catedral, que forma parte del museo diocesano de Jaca, uno de los más destacados de España de pintura románica; en él se aprecian pinturas románicas del ámbito jaqués que se encontraban en iglesias como Navasa, Ruesta o Bagües.


En cuanto a la decoracion  La catedral de Jaca, además de ser referencia por su arquitectura, lo es en cuanto a su rica y variada decoración escultórica en capiteles, ménsulas, metopas, muros y basas.


Los capiteles, ménsulas y metopas reciben decoración figurada con escenas de la Biblia o incluso algunas fantásticas o de la vida cotidiana de gran calidad procedentes de al menos dos manos diferentes, mientras que en los muros o basas es más bien geométrica, bolas situadas en las basas o el conocido ajedrazado jaqués que decora gran parte del edificio. Estos dos elementos originarios del arte románico jaqués se pueden apreciar a lo largo del Camino de Santiago, lo que muestra la influencia que ejerció a lo largo de esta ruta de peregrinación.


En la puerta lateral de la catedral se encuentra tallado el patrón de una unidad de medida denominada vara jaquesa (medida de la época medieval equivalente a 77 cm). Esta unidad se utilizaba durante la Edad Media en el mercado ubicado en la plaza de la catedral para medir longitudes, y dicha unidad métrica fue usada en todo Aragón